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lunes, 26 de julio de 2010

Mi Propio Sol

Desperté, la mañana era gris y con un tono triste en ella, era algo normal en Forks. Lo que no había sido normal la noche anterior era mi sueño, en mi sueño tenía demasiado frío y estaba en un lugar obscuro, como si la obscuridad me estuviera empujando hasta el punto de no ver y de pronto una sombra blanca caía sobre mí para no dejarme respirar. Este cambio me hizo saltar de la cama, me extraño que mi papá no haya llegado porque generalmente estaba bastante metido en mi mente. Me levanté y al momento que bajé de la cama me di cuenta de que mi pequeña cabaña estaba un poco alborotada con mucho ruido, así que me levante y salí. Me encontré con mamá que al parecer tenía un pequeño problema con la moda, según Alice. Papá esta recostado en la pared con un semblante intranquilo, supongo que si vio mi pesadilla pero no quería preocupar a mamá, me acerqué a él y lo abracé.

- Bella, vamos no puedes salir así es un pe-li-gro –repetía Alice, cada vez más molesta.

Mamá estaba vestida con unos pantalones deportivos y una sudadera muy grande, papá estaba a mi lado conteniendo la risa, ya que la pelea entre mamá y Alice resultaba totalmente patética y extremadamente graciosa.

- Alice, solo es por el día de hoy, mira el clima. ¿Quieres que salga con un vestido de seda de colores pastel o algo peor? De igual manera Edward y yo no pensamos salir hoy, será un día en casa como familia…Renesmee, Edward y yo….

- Bella, no me importa, mientras yo te vea antes de vestirte… te vestirás como mi hermana

- Sabes que lo soy Alice, pero no necesito de tu ayuda hoy

- ¡Jazz! –Grito Alice como una niña consentida. Jasper llego al instante, imagino que percibió la emoción molesta que Alice destilaba.

Jasper expandió una oleada de culpabilidad, a la que mamá no fue inmune.

- Bien, pero te digo Alice, las pagarás

- Lo predeciré antes, así que estaré preparada. –dijo sacándole la lengua- Ahora, Edward dime ¿Con que prefieres ver a Bella hoy?

- Con lo que se sienta cómoda- dijo papá sofocando una risita

- Imaginé que dirías algo parecido solo para no discutir con ella, así que elegiremos Nessie y yo – dijo jalándome por el brazo

- Nessie, espero que no me defraudes- amenazó mamá

- No te preocupes elegiré lo mejor y más cómodo para ti –dije con una sonrisa de suficiencia.

Papá y mamá me sonrieron confiando en mi seguridad, igual sabía que papá leería mi pensamiento y le advertiría a mamá si Alice llegaba a ignorar mi sugerencia. Reí ante este pensamiento.

- Y a ti ¿Qué se te hace tan divertido?

- Sinceramente… La posibilidad que ignores mis sugerencias.

- ¡Oh Nessie! No creas que soy la bruja de la historia, simplemente no estoy pintada aquí, para que Bella se vista como si no hubiera pasado meses creando un perfecto guardarropa para ella. No es justo

Pude escuchar un bufido mientas caminábamos, de mamá, para ser exactos.

- ¿Que te parece este vestido? O no, ¿este impermeable, con pantalones y unas botas? Este pantalón me dice que es perfecto para hoy y con esta blusa azul. Perfecto, pero unos zapatos deportivos no se verían tan mal, aunque preferiría estos zapatos altos para no perder la elegancia. – Así continuó parloteando, no le puse mucha atención ya que, dentro de muy poco tiempo iba a venir mi licántropo favorito, Jacob. – ¡Nessie! ¿Nessie? ¡Nessie, vamos ponme atención!

- Lo siento Alice, pero creo que la opción del pantalón con la blusa azul es perfecta.- dije simulando una sonrisa y que había escuchado todas sus opciones.

- ¡Lo sabia!- dijo esbozando una sonrisa del tamaño de Júpiter, que hizo que su delgada cara se viera extraña- ¡Bella! Ven ya estamos listas

- ¿Y bien? – dijo mamá un poco molesta.

- Optamos por unos pantalones, esta blusa azul y encima el impermeable blanco, con los zapatos que están encima del estante -Los zapatos eran de satín azul con unos listones blancos y de tacón de aguja.

- Optaron, o optaste tu Alice- dijo mamá sonriendo.

- Básicamente yo- dijo Alice con un tono de inocencia, del cual todos reímos, ya que Jasper y papá se habían acercado a ver cual era el gran atuendo por el cual Alice había peleado.

- Bien, me lo pondré. Nessie, vete a bañar ya es un poco tarde y Edward tiene una nueva canción para ti en el piano.

Papá era un increíble pianista y había heredado un poco de esa habilidad, y sinceramente me encantaba sentir las teclas bajo mis manos y poder tocar cualquier cosa que se me ocurriera. A papá le gustaba escribirme canciones y enseñármelas para que luego yo les escribiera letra y las cantara para complacer a mamá y a Esme.

Me metí en el baño y me bañe lo más rápido que pude. Al salir era mi turno de sufrir con Alice, así que sin siquiera ver, dejé que me vistiera. Cuando salí ni siquiera me observé en el espejo, tenía demasiada prisa… no me di cuenta ni que zapatos me había puesto Alice.

Salí de mi cuarto y encontré a papá frente a la chimenea, esperando que saliera para ir a la gran mansión, donde se encontraba el piano. Solo quedábamos el y yo, porque luego que me vistió Alice llevó a mamá y a Jasper a la mansión, no sabía el motivo pero me resultaba un poco extraño.

- Ya estoy lista papá

- Bien Nessie, yo quería enseñarte la nueva canción y hablarte de algo… -vaciló y luego sonrió para darme ánimo, ya que imagino que mi cara destilaba toda la confusión que sentía. ¿para qué querría papá hablarme a solas, sin mamá? ¿Mamá había dicho que iba a ser un día en familia, porque ella había sido la primera en irse? Estaba muy confundida.

- Tranquila Nessie, no es nada malo –dijo en un susurro.

- Papá ¿que esta pasando?

- Quería negociar contigo sobre algo, no sé si es debatible, ya que a veces eres tan terca como tu madre… pero dime… ¿estarías dispuesta a irte?... de Forks –esto último lo dijo en un susurro

- ¿p-para Qué?- balbuceé

- Bien, pensamos que querrías ir a la escuela… pero no puede ser aquí. Toda la familia piensa en mudarse con nosotros, pero eres la única que tiene casi su vida entera aquí… no sabíamos que dirías…

- No, papa. ¡no! – grité un poco molesta- no puedo irme, Claire esta aquí, Jake, Sue, Billy, Charlie… ¡N-o m-e v-o-y!- Dije pronunciándolo con calma y separando cada sílaba.

- Nessie… tu puedes estudiar y te ofrezco cualquier otra cosa… la que quieras… ¿quieres un auto nuevo?

- No, no quiero un auto nuevo… Prefiero no estudiar sobre dejar a mi familia humana…

- Ni loca papá, tú sabes que también soy humana, te puedes imaginar el dolor que estar lejos de Charlie… o de Claire o Jake.-este último de produjo una fuerte punzada de dolor- No, no, no y no… un rotundo no, papá

- Esta Bien, Ness. No te alteres… y si lo puedo imaginar, Bella pasó por lo mismo. Ahora vamos que Esme espera ansiosa por la nueva canción.

- Esta bien- dije a regañadientes.

Cuando llegamos a la mansión todos tenían una expresión de confusión, supongo que no pudieron oír la mayor parte de nuestra discusión. Mamá se acercó y nos tomo de la mano hacia el piano, nos sentamos con papá y empezó a tocar… Mientras la iba tocando, la letra venía haciéndose en mí cabeza y empecé a cantar, Esme me siguió una octava más alta formando una perfecta melodía a la cual se agregó Alice con tres octavas más altas, dando como resultado un trío perfecto, como los que suenan en las emisoras de radio.

Cuando papá termino de tocar todos reímos, aunque se sentía un leve sentimiento de curiosidad y angustia en la mansión.

- Y… ¿Qué decidiste Nessie?- dijo Carlisle intentando aparentar su curiosidad.

- Sabía que preguntarían eso y se los diré de la mejor manera.

- Tranquila Nessie, nadie te presiona en esto –dijo mamá en una forma dulce, pero eso no hizo que me tranquilizara. Papá le dirigió a Jasper una mirada, para que expandiera una oleada de calma, y funcionó.

- Bien, yo no quiero arruinarles ningún plan -intenté decir pero de tanta calma, el asunto sobre dejar a mi familia humana me entristeció que empecé a sollozar.

- ¿Nessie?- dijo una voz ronca que venía de la puerta delantera, la reconocí al instante. Jacob.

- Esta bien, solamente está un poco triste- dijo papá tomándome en sus brazos con un fuerte abrazo, al cual se le unió mamá.

- ¿Triste? ¿Por qué? ¿Alguien me puede explicar que sucede? – dijo Jacob en un tono agresivo, aunque se denotaba la angustia.

No arruinas nada Nessie, nunca lo has hecho. Era una posibilidad, ni siquiera teníamos planes. No te hagas daño con esas ideas. Por favor- suplicó papá, ya que en mi mente se estaban formulando cantidades de negativas.

Pude notar la angustia en el rostro de Jacob así que intenté liberarme del abrazo de mis padres y caminar hacia él.

- Estoy bien, simplemente quiero aclararle a la familia, que no quiero irme de Forks-dije entre sollozos mientras iba caminando hacia Jacob.

- ¿Irte? ¿Dónde?- Jacob parecía triste, demasiado.

Me acerqué a Jacob y le dí una palmeada en el brazo en señal de que se tranquilizara.

- No me iré. No puedo dejar a mi familia humana y tampoco a mis amigos licántropos – dije viendo a Jacob, este sonrió.

Pude notar como se le alumbraba un poco el rostro a mamá, creo que ella tampoco se quería ir. La mansión se quedó en un silencio sepulcral, lleno de caras de confusión un poco de comprensión pero sin decir nada.

El silencio se rompió cuando escuchamos un carro doblar la esquina, no esperábamos a nadie así que imaginamos que sería Charlie.

Minutos después se escuchó el cerrar de una puerta y unos pasos hacia el porshe, seguidos de dos golpes sordos a la puerta. El rápido movimiento de mamá a la puerta pareció una caricatura. Cuando abrió la puerta Charlie entró y se quedo callado, imaginó que fue lo que vio: siete personas completamente inmóviles alrededor de un licántropo y de una semi-humana con los ojos hinchados luego de llorar.

- Bienvenido Charlie, no te esperábamos ver por aquí hoy. ¿Cómo has estado? –dijo papá leyendo los pensamientos de Charlie

- Yo… bien, pero no puedo decir lo mismo de ustedes ¿Qué esta pasando?

- Me puse un poco sentimental Abuelo, Lo siento- dije esbozando una sonrisa tranquila aunque no sabía si mi familia había aceptado mi respuesta.

- ¿Sentimental? No te han hecho nada, segura. ¿Jacob? – dijo en un tono agresivo.

- ¡Papá!- lo regañó mamá.

- Esta bien, esta bien… Pero que tal si comemos, la verdad mi estómago ruge – dijo Jacob interrumpiendo cualquier otra cosa que le quedara por decir a Charlie.

- Estoy de acuerdo, ¿vamos?

- Nessie- me llamó papá- Estamos de acuerdo contigo, si tu no te quieres ir, no nos iremos.

- Pero no te rendirás ¿cierto?

- Me conoces muy bien -rió- Ahora vamos a comer que Charlie está un poco susceptible hoy.

- Hoy solo quiero huevos

Cuando terminamos de comer decidimos enseñarle a Charlie, la nueva canción. Le encantó y luego vio un partido de fútbol americano con Emmett, Jasper y papá, mientras mamá y Alice discutían sobre el próximo cumpleaños de mamá. Jacob y yo estábamos sentados uno frente del otro, Jake era mi mejor amigo pero desde hace un tiempo ya no quiero que sea solo mi amigo, quiero abrazarlo y no soltarlo nunca, quiero que esos ojos marrones y ese cuerpo tan perfectos sean míos. Este pensamiento me hizo sonreír.

- ¿Nessie, En que piensas…?

- Solo recuerdo la discusión de Alice y mamá en la mañana-mentí

- ¿Alice y Bella…? ¿Por la ropa?

- Acertaste- iba a mostrarle la pelea pero mi mente era muy sincera y podía enseñarle lo que pensaba ahora.

- ¿Podemos ir a dar un paseo?

- Claro…

Caminamos hacia el bosque, los animales del bosque estaban escondidos, no sabría decir si era porque Jake y yo estábamos en el bosque o porque hacía demasiado frío y según predicciones de Alice iba a nevar…

Veía a Jake de soslayo, y me crucé con su mirada, me perdí en ella; sin embargo no podía permitir que se diera cuenta ¿Y si él no sentía lo mismo? ¿Lo perdería? ¿Seguiría todo igual entre nosotros? Un viento fuerte y unas gotas gigantes me hicieron estremecer. Genial, Alice se molestaría porque no llevaba un impermeable y mamá y Rose porque me podía resfriar. Yo era semi-humana y semi-vampiro, cierto, pero si me enfermaba y sangraba…

- Nessie, ven. No quiero que Bella se moleste conmigo – dijo Jake invitándome a ir con el bajo un árbol, que al parecer debajo de él no caía la lluvia.

- No creo que se enoje contigo, es más probable que sea conmigo

- Lo creo… pero correría la culpa por los dos. ¿Una carrera a La Push? No creo que llueva allí hasta unas horas más tarde

- Yo ganaré –dije en tono retador.

- No lo creo, no con esos zapatos-dijo señalando mis pies. Alice me había puesto unos zapatos altos, hoy ni siquiera había puesto atención como iba vestida.

- ¿Apostamos 20 dólares?

- Hecho

- No se vale hacer trampa Nessie

- De acuerdo… Uno… Dos… Tres

Corrimos rápido, había heredado la rapidez de mi padre y lamentablemente no había heredado el equilibrio de los vampiros. No iba del todo concentrada y una pequeña rama en el suelo me hizo rodar hacía unas piedras, me golpee la cabeza tan fuerte contra las rocas que me empezó a salir sangre. Jake paró y regresó a ver como estaba, no se rió, como lo habría hecho Emmett pero tampoco me llevó al hospital tal como lo habrían hecho mamá y papá. Tomo mi cabeza entre sus manos y con una examinó la herida, dijo que no era muy profunda ni muy peligrosa, la limpió con su camisa y mientras lo hacia dijo:

- Esto es hacer trampa Nessie, sabias que ganaría y decidiste caer… pero no contabas con golpearte tan fuerte – dijo muy serio, pero con un tono bromista.

- No fue trampa, recuerda que mis sentidos de equilibrio no son del todo buenos…

- Lo siento Nessie, es por la culpa de la fenómeno de Bella – dijo para luego reírse a carcajadas, me le uní.

- Pero quiero llegar a La Push ahora así de aquí en adelante te llevo yo.

- ¿Porqué tanta prisa?

- No quiero que te enfermes, de verdad – me dijo serio.

- Bien

Teniendo mi cuerpo cerca del suyo únicamente me elevó en el aire y me cargó. Empezó a correr y en menos de quince minutos pude observar la playa de los Quiletes. Me bajó y empezó a caminar, lo seguí. Luego se sentó en un tronco que se encontraba al lado de la playa. Se podían escuchar las olas golpear en las rocas muy cerca. Me hizo ademán de unírmele y así lo hice. Me senté a su lado sintiendo el calor que su cuerpo irradiaba, era como un Sol, mi propio Sol. No era mío de forma exacta pero así era como lo veía. Ninguno dijo nada por un largo rato, luego su mano llegó a la mía. Lo miré asombrada con los ojos abiertos como platos, el rió. No le encontraba lo gracioso. ¿Me quería como yo a él? ¿Qué estaba pasando? Se aclaró la garganta para atraer mi atención.

- Bueno Nessie, se que hemos sido amigos desde que naciste… pero yo ya no te veo como solo una amiga. Eres mi todo Nessie lo que me tiene pegado a la Tierra no es la gravedad, eres tú. Lo que me hace despertar cada mañana es saber que te tengo a mi lado, talvez no como yo quisiera pero allí estás y eso es lo importante para mí. Me gustas demasiado Nessie, me encanta como tu pelo se alborota alrededor de tu cara al ritmo del viento, como tus ojos relucen de felicidad al ver que los demás estamos felices, como apoyas tu cabeza en mi hombro cuando tienes sueño y encaja a la perfección, como tu corazón se ha vuelto la canción más hermosa que pueda escuchar y como tu sonrisa ilumina mi día…

- ¿Jake?

- ¿si, Nessie?

- Yo también te quiero demasiado, no se como ni cuando empezó esto, pero tu sonrisa ha sido lo que me ha llevado a lugares cálidos, tus abrazos han sido los que me hacen estremecer de felicidad y las palabras que acabas de decir son las que me hacen quererte aún más…

Su beso no me dejó terminar, pero fue el más dulce y perfecto que me pude haber imaginado. Como sus labios hacían mover los míos en perfecta sincronía, tal como cuando ves las olas del mar encajar entre sí. Estábamos hechos el uno para el otro… él era mi Sol y yo era su Universo, si uno de los dos no existiera, no existiera el otro. Le debía a Jake mi vida, ya que él había estado en cada año de ella, como mi mejor amigo.

“Eres mi Sol y todo mi Universo”- le dije a Jake mentalmente mientras nos besábamos, el terminó el beso con una sonrisa de oreja a oreja, aquella sonrisa que me volvía un poco loca.

- Tú eres más que eso para mí, eres el aire que respiro… Pero creo que sería mejor si nos vamos, Bella debe de estar preocupada.- no me había dado cuenta de la hora, con Jake no parecía importar pero de igual forma había que regresar.

- Yo también lo creo

- Sin correr esta vez, quiero disfrutar de la compañía – dijo tomando mi mano entre las suyas y entrelazándolas.

- No seas egoísta, yo también quiero disfrutar- dije apretando su mano con más fuerza.

- ¿Sabes? Nunca me imaginé que decirte todo lo que siento sería tan fácil

- Las cosas no son siempre lo que parecen, Jake. – dije con un tono bromista.

- Cierto, ¿Tú nunca me engañarías, cierto Nessie? – dijo muy serio y con un poco de preocupación en el.

- Por supuesto que no, Jake.

Como podía dudar de eso… ¿Por qué engañaría a Jake? No tenía respuesta y tampoco tenía intención de pensarla.

- ¿qué pasa Nessie?

- Nada

- Eres muy mala mintiendo… ¿Qué pasa?

- No se porque piensas que te podría engañar. – dije en un susurro

- Sé que no lo harás, Nessie, simplemente me aseguraba

- Me asustaste Jake…

- ¡Lo siento!

- De acuerdo, creo que papá ya es capaz de leerme la mente acá. No quiero entrar ¿Te parece bien?

- Contigo, donde sea –dijo esbozando su enorme sonrisa

Cuando entré a la mansión ya solo quedaban mamá y papá, ambos estaban sentados delante del piano y papá tocaba la canción de mamá, era un ambiente muy romántico. Cuando se percataron de mi presencia mamá se acercó a mí

- ¿Qué tal el paseo?

- Supuse que sabrían algo- reí

- Nessie, no te preocupes… Yo ya lo sabía, Jacob tiene una forma muy diferente a todos para expresar en su pensamiento lo que siente, casi son gritos… Estoy seguro que pudieron irse a Canadá y todavía oiría sus pensamientos.

- ¡Edward! Prometiste dejar los pensamientos de Jake en privado… - lo regañó mamá

- Lo se, lo se. Pero lo grita… no es mi culpa –dijo papá con una sonrisa traviesa…

- Concéntrense, es de mí –dije en un tono bromista- Supongo que Jake ya no es solo mi mejor amigo…

No logre terminar la frase porque mamá me había abrazado, me estaba abrazando tan fuerte que casi no podía respirar.

- Mamá, yo sí respiro- dije casi sin aire

- ¡Lo siento, Nessie!... ¡Felicidades!- dijo cuando me soltó

Papá nos abrazo a las dos y nos dio un beso en la coronilla a ambas.

Me percaté que estábamos solos… sin Carlisle, Esme, Alice, Jasper, Emmett o Rose…

- ¿Dónde están los demás?

- Carlisle regresó a Seattle y Emmett y Rose fueron de caza

- Esme se fue con Alice y Jasper por una sorpresa – dijo mamá emocionada.

- ¿Sorpresa?

- Nessie, tú sabes que no eres la única. Nos hemos encontrado con Nahuel y Alice cree que sería de mucha utilidad que no solo lo conocieras a el. Queremos que tengas una vida completa, con humanos, vampiros y personas como tú.

- ¿Encontraron otra? – dije tres octavas más altas debido a la emoción.

- Es un él, Nessie. Pero vendrán hasta mañana.

- ¿Él? ¿Cómo Nahuel? ¿Cómo se llama? ¿Alice nos ve?...

- Son muchas preguntas por hoy Nessie, has tenido muchas emociones… ¿Nos vamos a casa? – dijo papá besándome la frente con gesto paternal.

- No tengo sueño-intenté decir pero un bostezo interrumpió mi frase.

- Tenemos mañana Nessie – me recordó mamá

- Esta bien.

Corrimos a casa en un paso lento, no teníamos prisa. Mientras corríamos una nube de pensamientos y preguntas me perseguían, no eran malas, pero no sabía como sería mi nuevo amigo… y si sería lo suficientemente fuerte para quedarse en nuestra familia y en mi vida. Era algo que me preocupaba demasiado… mis pensamientos no estaban yendo tan lejos cuando la voz de papá me sacó de ellos.

- Ya basta, Nessie. Todo estará bien, ten confianza

Mamá se acercó a mi y me abrazó, a pesar de que su abrazo era frío lo sentía cálido. Mi mamá era una de las personas más importantes no sólo porque me había traído a este mundo, si no porque ella me entendía más que cualquier otra persona, supongo que era por que llevábamos la misma sangre… pero eso no le resta importancia. Ella sabía mis pensamientos sin la ayuda de papá, ella había sufrido muchas cosas similares a las mías al momento de verse involucrada con lo sobrenatural. La amaba y ella a mí, tal como lo decía mi medallón… “más que a mi propia vida”.

Me costó mucho conciliar el sueño. Pensando en mi nuevo amigo… ¿Sería el parte de mi vida ahora? No lo sabía pero me parecía una idea genial.

miércoles, 21 de julio de 2010

Familia

Éste era el mejor de los momentos o talvez el mejor de los sueños.

Lo habíamos hecho desde que era pequeña, mamá me enseñó a ver los escudos mentales. Lo hacíamos casi a diario era un momento muy bueno, me hacía sentir más de lo que era… única.

Bella y Edward, mis padres. Me lo habían dicho desde que era muy pequeña: Era única.

Sabía que era semivampira y semihumana. Corría sangre por mis venas pero mi piel era blanca como la cal, aunque cuando me sonrojaba mis mejillas se tornaban rosa y mi cuerpo estaba a 40º.

A mi mejor amigo, Jacob, le parecía fascinante cuan rápido podía correr. Podíamos hacer carreras y apuestas entre los dos. Aunque la verdad para mí era más que un amigo. A Edward le costaba un poco aceptar esa idea. Para Bella el era su mejor amigo y sabía que sentía por él sin necesidad de contarle. Mi familia básicamente era de vampiros, humanos y licántropos. Me parecía algo increíble. Yo amaba a mi abuelo humano, Charlie. También tenía que incluir a Sue. Su relación con Charlie se había formalizado unos meses después de la visita de los Vulturi.

Aunque deseaba que esos recuerdos se fueran, seguían acosándome: mi familia y muchos de nuestros amigos frente a la enorme guardia Vulturi esperando a ser masacrados sólo por mí. Aunque toda la familia me haya negado que vinieran por mí. Sabía que venían por la niña que era inmortal.

Francamente soy inmortal, ya que alcancé la madurez hace unos años y apenas tengo 15 años humanos, también parezco de diecisiete y no creceré más. Me quedaré estancada en la apariencia de diecisiete. Tal como lo es mi padre.

Mi decisión aún no esta tomada, porque mis padre y Carlisle, mi abuelo en términos técnicos. Desean que sea una vampira completamente. A pesar de mi fuerza, soy frágil y tiendo a sangrar. Pero no quiero ser vampira completamente, no quiero ser dominada por la sed… y tampoco quiero dejar a Jacob.

Mi madre me ha explicado que para ellos la ponzoña no actúa de la misma manera que con un humano y ellos podrían morir; sin embargo ellos si envejecen, luego de algún tiempo lo hacen, yo probablemente no lo haré y menos si me convierto en una vampiro. Aunque la preocupación más grande de mi madre es que soy una mezcla y tengo muchas cosas en común con Jacob: la alta temperatura, el crecimiento acelerado y que Alice no nos puede ver. Mi madre tiene miedo que mi reacción a la ponzoña sea parecida a la de los licántropos.

- ¡Renesmee! Abre los ojos – decía mi madre.

- Mamá no quiero- dije entre balbuceos. Odiaba despertarme temprano. No tenía porque hacerlo pero mis padres me obligaban.

- Cariño, ya es hora… Nos esperan en la mansión y Claire llamó. Desea que salgan a tomar un café hoy –dijo mamá de nuevo, besándome la frente.

- De acuerdo –dije lanzando las sábanas al piso. Claire era mi mejor amiga. Era humana pero ella sabía todo el secreto de vampiros y licántropos y el mío: no encajaba en ninguna de las anteriores por lo que convenía hacer la aclaración.

- Buenos días mamá… y papá -dije cuando descubrí que papá estaba en la puerta.

- Buenos días, Nessie -respondieron al unísono.

- ¿Dónde está Nessie? –escuché detrás de papá. Conocía esa voz. Alice.

- Estoy acá, Alice

- ¡Oh! ¿Qué haces en la cama?- dijo Alice en tono preocupado.

- Alice, no tenía ánimos de despertarme hoy.

- Ah… Bien no importa ¡Levántate!

Alice me levantó de la cama en menos de un suspiro y me guió hacia el baño. Me metió a la bañera abriendo la regadera a su paso, no sentí a que hora le dio tiempo de ponerme la toalla para bañarme. Me bañé rápido y cuando salí la encontré recostada en mi cama frente a un pantalón azul y una blusa manga larga de color crema y unos zapatos del mismo tono crema con un pequeño suéter celeste. No discutí con ella porque sabía que de todas maneras perdería así que me vestí. Antes de poder llamar a Claire, Jake ya estaba en la sala de mi pequeña cabaña hablando con mi madre.

- Buenos días

- Hola Nessie ¿Qué tal tu noche? – dijo Jake esbozando una sonrisa enorme dejando brillar sus perfectos dientes.

- Impecable

- ¿Tienes hambre? –preguntó mamá

- ¡Si!- respondimos Jake y yo, no sabíamos a quien de los dos le había preguntado, ya que solo nosotros dos comíamos comida humana.

Fuimos a la mansión a desayunar. No fuimos con prisa pero tampoco lento. No me gustaba esperar cuando tenía hambre. Sabía que no era una actitud de lo más educada pero mi estómago tenía necesidades humanas.

Terminamos de comer y me decidí por llamar a Claire. Era la última semana que teníamos para estar juntas y hacer lo que quisiéramos. Ya estaba por iniciar la escuela y yo no iba. Mi familia se rehusaba a que fuera a la escuela de Forks porque ellos habían ido hace algunos años. En la escuela fue dónde papá conoció a mamá el apellido Cullen era muy nombrado y sólo habían pasado quince años desde que mi familia se había graduado. También seguramente encontrarían mi parecido con Isabella Swan, mi madre y era completamente imposible ser su hija. Si fuéramos humanos.

Claire era mi mejor amiga y aunque no fuera del todo humana hacíamos cosas humanas: ir de compras y salir. Claire era el objeto de impronta de Quil por lo que había venido a vivir a la playa de La Push con Emily, su tía.

Hoy iríamos a hacer unas compras para el inicio escolar. La escuela la ponía muy nerviosa. Aunque yo no la estaría acompañando me sentía igual de nerviosa que ella. No estaba segura de la razón pero así era.

- No estoy segura si Quil esta dispuesto a ir a la escuela… conmigo

- ¡Oh vamos, Claire! ¿Le preguntaste?

- Todavía no… ¿Crees que aceptará?

- Por su puesto. No hay nada a la que el se pueda negar si se trata de ti. Esto de la impronta tiene cosas buenas ¿no?

- Supongo

- Señoritas- saludó Quil. Luego tomó por la cintura a Claire para voltearla y depositarle un dulce beso en la mejilla.

Su aparición interrumpió la pregunta que tenía pensado hacerle a Claire sobre la imprimación. Yo no sabía mucho de eso pero me parecía bastante interesante. No estaba segura de cómo funcionaba, pero por lo visto él no le podía negar nada a ella. Jake y yo éramos iguales pero no sabía si era porque era mi mejor amigo y quería lo mejor para mí o porque yo era su objeto de imprimación; por así decirlo.

Justo atrás de Quil venía Jake con un gesto juguetón.

Cuando me vio sus ojos al igual que los míos se tornaron en un brillo único. Con un movimiento de su cabeza me indicó que lo siguiera, y así lo hice.

- Alice me pidió que te llevara a casa ¿Vamos?

- ¿A casa? ¿Para qué?

- Sinceramente… no tengo idea.

- Alice -dijimos los dos al unísono respondiendo a todas las preguntas que se pudieron formular dentro de nuestras mentes.

Llegamos a la mansión en menos de una hora. La mansión no estaba vacía. Había algo importante por suceder y no tenía idea de que. Lo supe porque había mucha gente adentro y globos por doquier.

- Llegan tarde - dijo Alice molesta. En su rostro había un gesto de mujer atareada y muy, muy molesta.

- ¿Para qué?

- ¡¿para qué?! ¡Nessie! Que clase de pregunta es esa. Hoy es el aniversario de Bella y Edward

- Me temo que Nessie no lo sabía, Alice –la reprendió dulcemente Esme.

Esme técnicamente era mi abuela, aunque físicamente no lo parecía. Era una de las personas más dulces de la familia, siempre tenía el gesto maternal en todo. Nos quería a todos. Me defendía de Alice cuando era justo y me quería como una hija. Lamentablemente ya tenía dos madres. Bella y Rosalie, y un padre. Edward.

- ¡No sabía! –dijo Emmett entre carcajadas. – Usaré esa excusa de ahora en adelante.

Emmett era técnicamente mi tío aunque para mí era como un hermano. Siempre podía contar con él para apostar o para luchar en el lodo. Lo hacíamos de manera de juego para terminar del color de suelo. A mis padres y a Rosalie no les gustaba, no digamos a Alice: que veía sus vestidos llenarse de lodo. Sabía que Emmett nunca maduraría y eso me llenaba de felicidad porque tendría para siempre a alguien que me recordara que hay un niño dentro de nosotros.

- ¿Llegamos a tiempo? –dijo una voz dulce, acompañada de un olor a canela y dulce de miel, junto con un olor a madera y azúcar. Conocía esa voz y esos olores. Lauren y Damien.

Eran nuevos en nuestra familia. Y nuevos vampiros, aunque no eran neófitos. Llevaban solo trece años de ser vampiros y nunca han probado la sangre humana. Ellos eran esposos incluso antes de convertirse. Hacían una pareja hermosa. No podían recordar quién los había convertido pero nunca tuvieron intención de matar a ningún humano para alimentarse. Lauren era una maestra del jardín de niños, su trabajo me parecía muy diferente pero a la vez hermoso. Tenía el don de ver tu pasado en tus ojos, para mí era bastante impresionante aunque para ella no. Damien se dedicaba a algo parecido, los dos eran profesores aunque Damien enseñaba música en la escuela donde Claire asistiría.

- Si hubieras llegado dos horas antes probablemente. Aunque creo que llegas a tiempo para ayudarme a acomodar todo- dijo Alice.

- A sus órdenes –dijo Lauren imitando a un soldado

- ¿En qué puedo ayudar yo?- preguntó Damien

- Que tal si llevas a Nessie a recoger el regalo mientras los demás arreglamos ¿si?

- ¿Yo?

- Emmett… ¡no! Ni se te ocurra. No harás eso. Mejor búscate algo más. ¡Vete Nessie, es tarde!

- Claro, claro – refunfuñó Emmett.

Emmett debió de haber decidido jugarle una broma.

- De acuerdo. Saliendo, Alice.

- Yo los acompaño

- No tan rápido Jacob. Tú te quedas, Charlie esta por venir y espera verte aquí, lo he visto. Ha tomado la decisión de venir con toda la manada, pero si no estas aquí se irá.

- ¿Charlie? ¿A quienes invitaste, Alice? ¿A todo Forks? Eso no le gustará a mamá

- Bah, Bella no sabe lo que quiere. Es mejor que vayas inmediatamente por el regalo. Antes de que me moleste contigo.

- Ya estoy fuera.

No tenía idea de que era el regalo y Damien tampoco. Era bastante fácil llevarse con él. Damien tenía el don de controlar, generar o absorber campos eléctricos. Era un arma genial al momento de luchas pero también como medio para ahorrar energía.

Era una persona muy tranquila aunque me conocía casi igual que mi madre.

- Te siento muy callada, ¿Qué te preocupa?

- Nada

- No se te da el don de mentir, dime

- Es un poco estúpido, bueno bastante estúpido. No vale la pena gastar tiempo en esto.

- No te castigues de esa manera, Ness. Dímelo. Puedo ayudarte y no creo que sea demasiado estúpido.

- No es nada malo. Simple curiosidad.

- ¿Sobre qué?

- Bien, no se si tu sabes como funciona eso de la imprimación. – lo dije en un susurro casi ininteligible aunque sabía que me había entendido.

- ¿Es eso lo que te preocupa? O ¿Quién será el objeto de imprimación de Jacob? Sé que lo quieres mucho.

- Ejem… Un poco de las dos

- Nessie, no tienes porque preocuparte. Jacob ya tiene a su objeto de imprimación y lo sabrás más adelante. Sé que no soy Alice, pero tengo un buen presentimiento.

- ¿Ya? ¿Quién es? – lo interrumpí. Esa idea me hacía dudar. ¿Significaba que Jake no era solo mío?

Damien no me dejo continuar con mis pensamientos.

- Francamente no se como funciona eso. Carlisle y Edward creen que es como magia pero yo no lo sé. No es algo que ellos controlen o ella. – hizo la excepción ya que sabíamos que Leah estaba cerca. –Me parece único como aman a ese objeto y como siempre hacen lo mejor para ellos. No es nada común pero tampoco es nada malo.

- Mis padres me explicaron que era como un Sueño de Verano.

- Probablemente. No es nada de lo que debas preocuparte, Nessie. Confía en mí.

- Bien. – no podía discutir con Damien -¿Qué es el regalo?

- Alice no lo menciono. Solo me pidió que lo recogiéramos.

Condujimos hasta Puerto Ángeles. Llegamos a la tienda que nos había indicado Alice. La tienda se llamaba “Thousand Nights”. Parecía ser una tienda de antigüedades.

Cuando entramos me sentí en un palacio o un castillo de la edad media. Tenía una araña de cristales en lo más alto del techo. El techo parecía una vieja cúpula o bóveda con miles de pequeñas ventanas alrededor. El piso era de una madera un poco vieja, pero a la vez resistente. Las paredes tenían un empapelado de colores pastel que encajaban entre sí armónicamente. Los muebles eran finos y viejos. Detrás del mostrador se encontraba una muchacha, talvez de no más de veintidós. Cuando entramos perdió de vista la joya que estaba en sus manos para ver al despampanante hombre que entro a la tienda. Damien tenía un cabello obscuro largo hasta un poco debajo de la frente. Su piel era blanca pero con un tono un poco sonrosado en ella. Damien parecía tener veinticinco o veintiséis. Sus ojos eran de un dorado penetrante y su nariz y pómulos rectos. Su cuerpo era esbelto pero perfectamente equilibrado.

- En que puedo ayudarlos- gritó la señorita. Levantándose rápidamente del mostrador.

- Sígueme – dijo Damien en un susurro que solo yo alcancé a oír.

- Gracias. Yo venía a recoger un regalo que mi hermana vino a pedir hace unas semanas. Es para la boda de mi hija – dijo señalándome. - ¿Me podría ayudar?

- ¿Hija? ¡Wow! – susurró – Si, claro. ¿Su apellido?

- Cullen

- Bien, Señor Cullen. Pediré que lo traigan. – dijo tomando un teléfono celular. Habló por el celular unos segundos pidiendo el regalo de la Familia Cullen.

- Y Bien. Señor Cullen ¿Cuándo es la boda? ¿Cómo se llama tu prometido? – preguntó dirigiéndose a mí.

Voltee a ver a Damien para que me ayudara. Después de todo era su idea.

- Jacob -contestó Damien

- ¡Wow! Pero ¿No eres muy joven para casarte?

- Sé que aparenta menor edad pero tiene veintitrés años- interrumpió Damien.

- ¡Necesitan pasarme el truco! Disculpe si lo incomodo, señor Cullen, pero usted tampoco aparenta mucha edad para tener una hija de veintitrés años.

- El tiempo no es lo más importante – dijo en voz monótona. Damien quería dejar la conversación allí, por lo cual explotó uno de los bombillos de atrás para que la muchacha se fuera.

- Gracias papá. Te encanta hacer sufrir a la pobre chica ¿no? – dije en susurros.

- Sufrir no… ¡Oh vamos!¡Diviértete!.

No entendí que quería darme a entender pero tampoco rezongué.

- ¿Por qué Jacob?

- Fue el primer nombre, fuera de la familia, que se me ocurrió.

Al cabo de unos minutos llegó un joven. De apariencia de unos dieciséis cargando un baúl viejo. El chico me recordaba a Seth, aunque Seth seguramente aparentaría dieciocho. Tenía su pelo obscuro, casi negro. Sus ojos eran de color castaño claro con unas pestañas perfectamente dobladas. No era guapo pero tampoco pasaría por un completo extraterrestre. Levantó la vista para verme con un gesto especulativo. Llamó a la chica de atrás con un silbido. La chica llegó en unos minutos.

- Gracias Jeff. Puedes irte.

El chico asintió y salió por atrás.

- Aquí tiene, Señor Cullen. Espero que te guste… - vaciló

- Renesmee – dijo Damien.

- Espero que te guste Renesmee – corrigió.

- Gracias. Feliz tarde.

- Igualmente – se despidió educadamente.

El camino a la mansión fue muy callado. Ninguno habló.

Llegamos más rápido de lo que fuimos. Cuando llegamos noté más personas. El Clan de Denali estaba allí. Casi alcanzaban a nuestra familia en número, porque Garret se había unido a ellos. Aunque la muerte de Irina había dejado a la familia de Tanya sin un miembro, agregó a otro. Garret se convirtió en la pareja de Kate. Teniendo como resultado dos parejas y una sola, Tanya.

Estaban parados alrededor del sillón. En medio de ellos estaba un vampiro nuevo. No lo reconocí al instante porque tenía un inmenso parecido con Eleazar. Sus ojos se encontraron con los míos llenos de curiosidad. Sus ojos brillaban con un intenso dorado.

- ¿Quién es ella? – preguntó

- Ella es Nessie. Gracias a Dios que vinieron. Ya me estaban poniendo nerviosa y bien… ¿Dónde está el regalo? – respondió Alice con un gesto exasperado.

- Ella es la hija de Bella y Edward – le explico Garret.

- ¿Hija?

- Renesmee, ven – me llamó Tanya.

Mis pies no se movían y de soslayo observé la mirada cautelosa de Jake. Lo voltee a ver con la confusión y el miedo escritos en mis facciones. Llegó en menos de un latido a mi lado. No sabía de donde venia el miedo pero estar al lado de Jake, disminuyo.

- No tengas miedo, no te hará daño – dijo Jasper percibiendo mi estado de ánimo.

Lo voltee a ver y me sonrió para infligirme valor, intenté devolverla pero no creo que me haya salido muy bien. Emmett se levantó y se puso a un lado, contrario al de Jacob. Después Jasper expandió una oleada de tranquilidad, funcionó. Caminé hacia este nuevo integrante de mi familia.

- La historia de Nessie es difícil de expresar. ¿Le mostrarías, Nessie? No hemos tenido tiempo de explicarle nada. No tiene idea por qué está acá. Solo sabe que ustedes son parte de nuestra familia. ¿Lo harás? – me instó Carmen

- ¿Mostrar? – dijo el interpelado.

- Es parte de la historia, Christian.

- ¿Puedo? – pregunté indecisa.

- No entiendo nada… Adelante. No pierdo nada ¿Verdad?

- No, por su puesto que no. Nessie es inofensiva – dijo Emmett- cuando esta de buenas –rió

- ¡Emmett! – terció Rosalie – No ayudas.

- Lo siento

- ¡Alto! Que rayos… ¿Porqué apesta a …

- Perro –interrumpió Rosalie – es ése – dijo señalando a Jacob

- Jacob… es una especie de…

- Hombre lobo – me interrumpió Jacob – pero más te vale no hacerme enojar chupa…

Lo golpee en el estómago para que no continuara. Lo observé con una mirada molesta a la cual el cedió con un “lo siento”.

- ¿Te molesta si toco tu cara?

- ¿Mi cara? ¡No entiendo nada!

- Christian. Te lo mostrará. No seas tan escéptico – le dijo Tanya

- Bueno, esta bien.

Sonreí. Cuando estuve en contacto con su piel. Le envié mis recuerdos desde que vi a mi madre dándome a luz. Mi papá tomándome en brazos cuando nací. Las fotos que me habían tomado Alice y Rosalie de todo mi crecimiento. Que comía comida humana y sangre. Lo que pasaba cuando hacía enojar a Jacob. Mi familia. Se estremeció cuando le envié mis pensamientos sobre los Vulturi.

Quité mi mano de su mejilla y sonreí satisfactoriamente.

- ¡Wow!

- Te lo dije – dijo Garret.

- ¡Increíble! Pero ahora, que hacemos aquí. ¿Es por ella o por sus padres?

- Por Bella y Edward. Ya tendrán más tiempo para conocerse. ¡Nessie vete a cambiar! ¡Jacob ve a recibir a Charlie! Nos quedan diez minutos. ¡Muévanse!

- Si capitán - dijo Jacob.

Corrí a casa a toda prisa. Entré a mi cuarto y encontré un vestido sumamente hermoso encima de mi cama. Era de un color gris perla, corto. No vi que marca era y tampoco me interesaba. Me lo puse instantáneamente, sintiendo como el satín se adoptaba a mi cuerpo. El vestido venía acompañado de unos zapatos del mismo color pero en diferente tono. Me arregle mis rizos con una cinta para el cabello y salí. Jacob tenía que irse a cambiar también.

Cuando llegué Charlie y toda la manada ya estaba allí, viendo con escepticismo a Christian. Busqué la mirada de Jacob y cuando la encontré los ojos se le pusieron como platos. Se sacudió la cabeza y luego le indiqué que era su turno para cambiarse. Salió disparado como una bala por la puerta.

- Hola Abuelo.

- Ness, estás muy bonita – dijo sonrojándose.

- Gracias. – dije sonrojándome yo también

- Hola Ness – dijo Sam.

- Hola a todos, se ven geniales.

Todos llevaban traje de vestir. Kim, Leah, Rachel, Emily y Claire llevaban unos vestidos largos y muy hermosos. Leah no estaba muy cómoda allí pero tenía que cuidar de su madre, Sue, y de Seth.

- Tú también te ves bien – dijo Seth

- ¡Oh si! Yo creo que los árboles también se ven hermosos ¿no? – dijo Alice un poco celosa.

- Alice, eres un genio. Te quedó muy hermoso todo. Eres la mejor tía del Universo. Me encantó el vestido que me escogiste.

- Gracias, Nessie – dijo esbozando una sonrisa. Derretí todo su enojo y ataque de celos con una simple frase.

Voltee a ver a mi alrededor y me di cuenta que todos estaban increíblemente bien vestidos. Excepto Charlie. Alice vio con mala cara a Charlie. Incluso Sue llevaba un vestido.

- Charlie, ¿Por qué no te vestiste con traje?

- Oh Vamos, Alice. Me veo ridículo.

- Claro que no. Ven. Jasper es de tu misma talla.

Charlie hizo un gesto pero no se negó, sabía que después de todo Alice lo vestiría. Cuando regreso traía un traje gris que combinaba con el vestido de Sue.

- Te ves… increíble, Abuelo.

- Gracias –dijo sonrojándose con un rojo intenso.

- ¡Jacob! ¡Date prisa! – gimió Alice.

Minutos después Jacob cruzó la estancia colocándose al lado de Sam. Lucía un traje color negro, ajustado. Alice lo debió haber escogido.

- Ya vienen – dijo Emmett abrazando a Rose con un brazo.

Mi familia estaba en una fila al final de la sala, todos con miradas expectantes y sonrisas enormes. Me coloqué al lado de mi familia.

Al instante entraron papá y mamá con Alice pisándoles los talones. Ambos venían con una cinta en los ojos.

- Sorpresa – dijo Alice, quitándoles las cintas.

- ¡Oh Alice!- gimió mamá – Gracias

- Gracias hermana – dijo papá.

- Bienvenidos – terció Carlisle.

Saludaron a todos y todos les dieron diferentes regalos. Desde un viaje a Paris hasta joyas. Era turno del regalo de la familia. Era un baúl, pero adentro de él había fotos de toda la familia. Había un libro al fondo, era un libro que contaba la historia desde que papá conoció a mamá hasta el día de hoy, pero tenía muchísimas más páginas en blanco. Para seguir escribiendo. Mamá se emocionó mucho con esto y abrazó a Alice muy fuerte para luego abrazarme a mí. Besó a papá con un beso dulce. Esme les había regalado un libro también, pero ese tenía todas las canciones que hemos cantado. Me pareció muy dulce.

Nos fuimos a casa cuando se fue Charlie. Me estaba durmiendo parada. Fue un día muy especial para mis padres. Yo había conocido a Christian, un nuevo miembro de la familia. De mi familia. No sabía cuando los iba a volver a ver; pero la idea de una familia más numerosa me puso de muy buen humor. No nos mirábamos seguido pero sabía que los volvería a ver. Yo ya había planeado un viaje a casa del clan de Denali desde hace un tiempo y ahora que tenía un nuevo miembro la idea se hacía más interesante y tentadora. No lo había alcanzado a conocer mucho en la fiesta. Solo sabía que se llama Christian y venía de Barcelona, España. Su acento no era muy marcado pero me parecía que había mucho más por saber.

Creo que me dormí imaginando qué más podía esconder Christian y como había llegado a saber del Clan de Denali.